Jesús no es mi amigo (ni el tuyo, señor Cipriani)
Este es un verdadero tema de "actualidad". Es un post que nace de una noticia que leí hoy, por la mañana. No es una novedad, no es sorpresa y más bien es un mensaje que de redundante ya me llegó al huevo.
Antecedente: Hace poco el ministerio de salud decidió utilizar una estrategia harto conocida para prevenir embarazos no deseados y transmisión de enfermedades de transmisión sexual: repartir gratuitamente condones. La respuesta de los guardianes de lo bueno y sagrado no se hizo esperar.
El señor Juan Luis Cipiani (que su rebaño lo llame Cardenal, Padre o cualquier otro título que usan en esa agrupación, para mí es simplemente un señor) propaló nuevamente, desde el altar que lo eleva unos centímetros por encima de sus fieles seguidores de cada domingo, el mensaje oficial de la iglesia católica acerca del uso de condones y otros mecanismos que muchos seres humanos usamos para que cada eyaculación durante el rico coito no suponga la generación de una nueva vida. Este antipático personaje eructó lo que su organización dice sobre estos métodos: NO!
NO! a que cada persona tenga un poco más de poder en el devenir de sus actos sexuales
NO! a que se reduzca la probabilidad de ser contagiado por una ETS en un encuentro sexual cualquiera.
NO! a que se reduzca la probabilidad de tener un embarazo indeseado
Amén.
La hedonofobia
He de reconocer que los católicos, su clase dirigente al menos, muestra una envidiable coherencia en este discurso. Hace años que lo vengo escuchando y sus mandatos y argumentos centrales se mantienen más o menos iguales. Don Juan Luis nos recordó nuevamente, desde su palacio libre de impuestos, que la difusión de preservativos llevaría al LIBERTINAJE, es decir, en "cristiano" (jaja), que la gente va a cachar más, horror, la gente va a entregarse con mayor frecuencia al placer que no genera nueva vida, abundarán el semen echado a perder y los ovarios decepcionados, los úteros tendrán una crisis existencial y glandes arderán de tanto ser lacerados por la fricción maníaca de la libertad sexual.
Claro que ante esto uno, hedonista y cachondo como muchos, se preguntará qué habría de malo en ello. Pues no hay mucho tiempo para sumergirnos en la duda, para nada, el líder católico en el Perú tiene la respuesta a la mano: porque es una traición a Jesús.
¿Quién CHUCHA es Jesús y quién realmente sabe cómo piensa?
Definitivamente es alguien cuyas opiniones valen mucho para Cipriani y para mucha gente en el mundo. Es que tiene sentido, Jesús es su amigo, amigo de todos, domina desde hace centurias lo que el brasileño Roberto Carlos (ferviente cristiano, dicho sea de paso) anhela sin éxito.
Jesús parece tener todo lo necesario para cumplir eficientemente el rol de amigo: es astuto (aparentemente vivía en cierto grado de pobreza y, a pesar de ello, logró mover masas con su discurso incendiario), coherente (no arrugó en la cruz, eso vale mucho) y siempre estará ahí para uno (la omnipresencia divina es de gran ayuda en este punto). La manchita cristiana se olvida de algo importante, no obstante: su amigo no existe o, al menos, los fieles no han encontrado aún la forma de probar la existencia de todo lo que supone ser dicho mesías.
Sé que existió el hombre al que se hace referencia al hablar de Jesucristo, yo también me vi ese especial del Discovery Channel durante una semana santa en la que estaba podrido con Ben Hur. Conozco también algunos de los rasgos que se atribuyen a este personaje (mi "formación católica" me respalda, ja!): sencillez , inteligencia, energía, liderazgo, apertura, aprecio con los apestados de la sociedad (leprosos, putas, cobradores de impuestos!!... qué tipazo en serio) y poca valoración de la propia seguridad y vida.
Lo que no logro entender es cómo carajos funciona la relación que establecen algunos de los cristianos, católicos o no, con esta figura. Empezando por la cabeza en el Vaticano: ¿Qué diablos tiene que ver el Jesucristo de los apestados y los pobres con esos burócratas rellenos de corrupción, caca y oro que tienen a su cargo dicho remedo de Estado; estoy seguro de que para el bueno JC éstos serían los enemigos, los fariseos, la iglesia anacrónica, estrecha y de espaldas a la realidad mundana y obvia que vale la pena patear antes que complacer.
No se libra el católico de a pie. Podría apostar la salud de mis testículos a que de la últimas 10 personas que me han mencionado a Jesús en una relación positiva/amical respecto a ellos, el 100% tiene una catadura moral que haría que su salvador vomite los clavos con los que se sacrificó por sus miserables almas. No se asusten, no los rechazo ni me desmarco, yo estoy igual de putrefacto que ustedes si es que pretendo estar a la altura del Hijo de Dios, de los 10 mandamientos o de alguna otra regla forjada en piedra que tanto gustan repetir de paporreta periódicamente. Los estándares de excelencia cristiana o católica me son inalcanzables y hace tiempo preferí renunciar a dichas aspiraciones; con todo el amor de mi corazón, amigos creyentes, pienso que la mayor parte de ustedes también queda tristemente corto frente a la figura confusa que el Vaticano les vende sobre Jesús. Harían mejor en confiar en sus propias iniciativas y aprendizajes sobre la vida antes que consultar con el consagrado más cercano, sobre todo con el rabazo de paja que, gracias a DIOS, ahora sabemos que gran parte del clero se maneja.
Gracias a dios que soy ateo
Creo que queda claro que no soy católico, cristiano, ni siquiera "creyente" en los seres y axiomas que sustentan dichas religiones. Tampoco creo en fuerzas cósmicas cargadas de intenciones, en un orden ininteligible de la madre naturaleza ni en el pulpo paul (Q.E.P.D.). A veces lo he considerado una limitación mía, a lo mejor me estoy privando de ciertos placeres, yo qué sé. Debido a ello, procuro respetar y entender, en ese orden, los distintos sistemas de creencias irracionales con los que la gente conduce su vida, desde el católico que tiene que parar en seco su resaca para ir a la misa dominical hasta el discípulo de alguna movida new age se alucina un malnacido por las veces en que ha tenido que alimentarse de la carne de otros animales.
No quiero ser particularmente discriminatorio con las religiones que más he tenido cerca durante mi desarrollo (porque me es más cómodo rajar de lo conocido que indagar en lo que está más allá de nuestra experiencia), no quiero convertir mi discurso en una descarga inútil contra la cruz, la sotana, la virginidad bamba, el politeísmo encaletado, la doble moral y otros atributos que se me ocurren al pensar en cristianismo/catolicismo. Lo que estoy objetando en la acción de la iglesia católica, y en particular del Sr. Cipriani, es que intenten que su fe, su conocimiento sin fundamento o posiblidad de ser corroborado, su libro mágico, los delirios de esos personajes de dudosa salud mental que llaman santos y demás factores que sustancialmente le dan la espalda a la razón y a la sensatez sean usados como insumos para tomar decisiones propias de la gestión pública. Yo entiendo su onda, en serio, he sido creyente alguna vez, recuerdo el poquito extra de seguridad que sentía al pensar en la muerte, tengo presente las múltiples oportunidades que uno tiene para establecer lazos sociales y comunidades en un contexto católico; sólo les pido que tengan en cuenta algo muy simple: las inferencias que se formulan a partir de premisas irracionales que sólo ustedes comparten (la existencia de Dios, la autenticidad de los 10 mandamientos, la legitimidad de Ratzinger) muy probablemente resultarán en posturas que irán en contra de los intereses de otros grupos. Si esos grupos sostienen sus propias convicciones irracionales con similar necedad tenemos el escenario perfecto para algo tantas vece visto, debates insulsos, puyas, conflictos y hasta guerras para ver qué dios es el más sapiente y macho de todos.
Las palabras de Cipriani me resultan cojudas e ignorantes, pero eso es sólo mi opinión, articulada en torno a cierto culto a la lógica que tengo. Por último, él es libre de decir lo que le venga en gana y está claro que hay mucha gente que toma lo que dice en serio y está dispuesto a escucharlo. Mi principal argumento en contra de su perorata es que se funda en premisas irracionales y que pretende convertir eso en políticas que trascienden el ámbito de los católicos, como si los del Alfa y Omega quisieran que paguemos impuestos para construir estructuras para recibir OVNIs. Ahora, para mí,el problema mayor es que nuestros representantes políticos poco o nada hacen para hacerle el pare al ladrido de este señor. Reconozco que alguna vez he escuchado a algún ministro de salud reafirmar los fundamentos científicos de sus decisiones en torno a las campañas de salud que involucran anticoncepción; incluso, hace poco, una congresista se dirigió a J.L. Cipriani y le dijo, poco elegantemente, que no se meta en lo que poco sabe. No obstante, no estoy satisfecho con eso. Quisiera que mis congresistas, mi presidente, mis alcaldes y otros funcionarios que están supuestamente gestionando con eficiencia nuestro amado Estado sean constantes defensores de la razón y de la lógica al momento de gestionar lo público, que señalen con la misma energía tanto los absurdos nacionalistas del clan Humala como los absurdos hedonofóbicos de Cipriani. La sinrazón y el dogmatismo son enemigos del buen funcionamiento del Estado, el cual tiene que responder a los cambios permanentes de la sociedad; una pizca de cabeza fría nos lleva a ver lo ridículo que es analizar la movediza sociedad y tomar decisiones para su bienestar desde puntos de vista rígidos.
Esos son mis sueños de opio, la realidad es otra. La iglesia católica recibe beneficios que la distinguen de otras religiones que existen en el Perú. Mi conocimiento sobre el tema es aún reducido, así que no profundizaré en el tema en esta ocasión. Este documento da algunas luces acerca de esos privilegios que, a mí en particular, me llega al orto sostener.
Post Datas
¿Alguien entiende a los homosexuales católicos? o cristianos? Amigos, su dios y su burocracia en este mundo los odia por QUIENES SON, intenten otra cosa.
En serio, ¿cómo carajos conciben Cipriani y compañía la salvación de la gente? No se dan cuenta de que facilitan un daño concreto al buscar obstruir el acceso a condones y otros métodos de control del propio riesgo sexual? Suelo tomarme muchas consecuencias del poder de los católicos con humor, pero con este tema sí me hierve la sangre y me siento en un callejón sin salida al querer dialogar con ese punto de vista, puesto que estos pendejos a menudo terminan apelando a la voluntad de Dios. Aunque creo que el Estado ha de estar dispuesto a incluir a todos, también pienso que si traes a una mesa de diálogo ciertas ideas dogmáticas que, además, pretenden explicar la totalidad de la realidad, lo más sano es insistir en pedir razones y simplemente dejar fuera del diálogo lo que busque imponerse apelando a una autoridad divina.
Markarián, perdona a la Foquita por favor.